La ausencia del COE empaña el premio al Tour
OVIEDO. El fundador del Tour de Francia, Henri Desgrange, definió la carrera como «la lucha del hombre contra su propio sufrimiento». Y precisamente ha sido ese espíritu de superación de los ciclistas uno de los valores que ha tenido en
cuenta el jurado del Premio Príncipe de Asturias del Deporte 2003 para concederle el galardón a la «Grand Boucle». El premio coincide con su primer siglo de historia. Una elección empañada por la polémica. El Comité Olímpico Español (COE) no estuvo representado como tal organismo en el jurado, pese a la petición expresa de su presidente, José María Echevarría.
El acto coincidió con la Asamblea General del COE. Y ocho de sus miembros faltaron por acudir a Oviedo: Gómez-Angulo, Urdangarín, Juan Antonio Samaranch, Arantxa, Induráin, Vilaseca, Emma Villacieros y Mari Carmen Izquierdo. La Infanta Pilar de Borbón -jurado habitual cuando el galardón se fallaba en septiembre- anunció que presentará una protesta formal ante los responsables de los Premios. «Samaranch ya les pidió que fueran en otoño, pero han hecho la convocatoria sin consulta ninguna. Yo esta vez dije que no porque me parecía más prudente, en un año preolímpico, asistir a la Asamblea del COE», señaló a Efe.
El embajador de Francia en España, Olivier Schrameck, propuso la candidatura del Tour que, finalmente, se impuso a las de Garri Kasparov y Michael Jordan. Los motivos de la elección quedaron claros en el acta del jurado, que su presidente, Miguel Induráin, leyó: «Es uno de los acontecimientos deportivos más importantes del mundo y, desde hace cien años, simboliza toda la grandeza del ciclismo. Ha encarnado desde su nacimiento los valores más nobles: el esfuerzo personal, el trabajo en equipo y el espíritu de superación. Allí se han consagrado figuras legendarias que están en el recuerdo de todos».
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